jueves, 18 de marzo de 2010

ÁNGEL DE LA GUARDA

Quisiera ser tu ángel de la guarda,
para protegerte como a ninguna, para ser tu dulce compañera,
tu mejor escudo y tu mayor amuleto.

Quisiera ser tu ángel de la guarda
para estar contigo en las buenas,
en las malas y las peores;
y simplemente hacerte compañía
para que nunca te sintieras sola
aunque no pudieras verme ni oírme.

Si yo fuera tu ángel de la guarda,
derramaría por las noches sobre tu almohada
rayos de luz de la luna para que iluminaran tus ilusiones,
y si fuera necesario te cuidaría hasta en tus sueños
para que las pesadillas no te alteraran ni te inquietaran,
y cuando te sintieras sola y te encontraras triste
yo misma te cantaría con el alma
con tal de que tu tristeza se alegrara.

No sólo quisiera:

¡Quiero y deseo ser tu ángel de la guarda!

Porque creo que yo sería la mejor
desempeñando ese papel en tu vida,
ya que te daría todos los días
una chispa divina para que tus jornadas estuvieran llenas de gloria.

Y como si ya lo fuera,
lo primero que haría sería agradecerle a Dios
por haberme dado esa gran oportunidad de ser en tu vida,
más que sólo una amiga,
más que sólo una compañera,
más que sólo un familiar,
ser tu ángel de la guarda.

Eso y más haría yo, si hubiera sido tu ángel de la guarda.

Autora: Viridiana Alejandra Lomeli García

miércoles, 10 de febrero de 2010

Hasta donde sembró Don Lolo...

A partir de esta fecha, estaremos publicando las historias de "Hasta donde sembró Don Lolo", de Enrique Encizo, el famosisimo tititis, columnista de El Salto Informativo y proximamente de una nueva publicación saltense.
Cosas, del diario hacer, del rio, de los cerros, de barrancas, de los de antes, de los antiguos, de personas que es necesario un alto silencio para nombrarlos, de cosas que no pasan ya, que hasta parecen eternas por lo que de ellas decimos, noches de eternos desvelos, peleas, padeceres, de los carboneros, del futbol, de los que luchan por un pedazo de pan, de cosas simples, de lo pegado al pueblo, de lo de abajo, de eso pondremos aquí.
-Estaban Chava, Ramón y el Rules, salió a la plática lo de un hueso de mamut, que estuvo por un tiempo extraviado (más bien lo guardaron para que no se fuera a perder) fue recuperado y como no hay que quedarse atrás, dijo entonces el Rules, en el terreno de nosotros allá en el cerro Papanton, arreglando la tierra para plantar árboles ¡oh!!! sorpresa!!! encontramos un hueso de mamut, lo sacamos, mide casi dos metros! ¿Como ven?.... "fíjate qué casualidad" dice Chava, "nosotros sacamos otro, no tan grande, como de metro y medio, más o menos grueso". Pregunta el Rules ¿y de que era el hueso? contesta Chava, ¡Era de aguacate! ja…ja…jajajaja!!!.
Corre el rio Grande o Tololotlan hoy conocido como el Rio Santiago, allá atrás por Chacota, en la Zopilota, antes se oía lejos, rugía, llevaba agua, al llegar a la puerta de Tololotlan se asilenciaba, corría silencio, había una puerta, en la puerta una casita, vivía un hombre, le decían el Huitlacoche, ah!!! pos ese Señor, hacía los violines, para los músicos del pueblo, unos violines roncones, en las noches de silencio se oían hasta el otro lado del rio, las cuerdas eran de zorrillo o tacuache.
Como ven, historias de cosas muertas. Como el rio, que ya no suena…llora.
Autor.
Enrique Encizo (tititis).

domingo, 10 de enero de 2010

LA ORILLA DEL RIO...

Al caer la tarde por el horizonte
y al dejar el cielo rojizamente iluminado,
veo la fotografia donde estamos juntos
tú hermosa como siempre,
y yo profundamente enamorado.

A la orilla del rio como tantas tardes,
solo, con el sonido del agua,
solo, con el cantar de las aves,
solo, y el aire meciendo las ramas,
solo y hundido en mi soledad
rodeado de tantos arboles.

Una fotografia que dice mas que mil palabras
que dice lo poco que me querias
y dice lo poco que en verdad me amabas.

Claro que tu sonrisa era bella
y que tus ojos me hechizaban
que tus labios me volvian loco
y que en cada beso me engañaban.

Tus brazos y mi pecho
en uno solo se fundian
en un solo cuerpo y alma,
¡Ay que tristeza! ¡Ay que ironia!

Mucha tardes como esta
en este mismo lugar
horas de amor eternas
contigo solia pasar.

Cenizas tan solo quedan
de aquel hermoso lugar,
ahora todas las tardes regreso
con esta misma fotografia
y es la misma llama de tu amor fingido
que a mi corazon herido
vuelve a lastimar.

Oscar H. Flores